No se piensan con ambición artística, sino como epitafios urbanos. Los murales de los pibes que fallecieron son frescos intocables, aun por graffiteros o punteros de campaña. Nadie se atreva...
CONTIENE: cuatro historias mínimas de pibes a quienes se les hizo de noche en el medio de la tarde, como diría Atahualpa: El Negro Lucas, Ity y Berna (Supermerk2), El Cebolla de Atlanta y El Melli calamar. Penúltima nota para el suplemento NO de Página/12.
por Facundo Di Genova con fotos Cecilia Salas
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