
Un ejército desechable de gente atendiendo el teléfono. Soldados que no tienen respiro entre llamadas, y les cuentan el tiempo hasta para ir al baño. Es el primer trabajo para muchos. Pero nadie dura demasiado.
Por Facundo Di Genova
Atendé. Seguí, dale, no te quedes. Vendé. ¿!Qué te pasa hoy!? Ya te tomaste el tiempo de descanso, volvé a tu posición. Chicos no hablen. No tenés que decir espere un minuto, tenés que decir aguarde un instante. No estás llegando al objetivo. No estás alcanzando la cantidad de llamadas. No estás bien. No estás. No.
NOTA COMPLETA
http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/no/12-2075-2006-02-02.html
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