EL RUBIO LOCO
por Facundo Di Genova
Guarda que ahí viene la licuadora, dice el Rubio Loco casi sin mover los labios, como si uno tuviera algo que ocultar. Y la licuadora pasa, y el chofer, un policía bonaerense bien morocho con cara de pesado, saluda como vecino de toda la vida y El Rubio Loco devuelve el saludo, y la licuadora sigue y se detiene en la otra esquina, adonde están los pibes fumando un porro. Ahora que la licuadora pasó, zona liberada para intentar hablar de una vez por todas con este aprendiz de cocina, me digo. Y con su maestro el cocinero, me entusiasmo, que no es un profesional de la comida mediterránea, criolla o japonesa. Es un cocinero de cocaína.
NOTA COMPLETA
Revista Playboy #5
jueves, agosto 24, 2006
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
1 comentario:
esta nota fue escrita dos veces y permaneció en parrilla por un buen rato antes de ser publicada. quiero agraceder públicamente los consejos de mi editora, paula rodríguez, como asímismo su comprensión ante determinados arrebatos de furia contra la máquina de mi parte. fcu
Publicar un comentario